martedì 14 luglio 2009

“diez claves para un ayuno exitoso”.
1. No le digas a nadie que estás ayunando
Ayunar está muy bueno pero todo el mundo se va a dar cuenta de que lo estás haciendo
y no queremos eso, no queremos que todo el mundo sepa los beneficios del ayuno y que
se copien ¿o si? El problema es que si hacés el ayuno la gente va a estar esperando que
bajes de peso y si por alguna razón no podés hacerlo, te vas a sentir muy mal. En
cambio, si no le decis a nadie que estás ayunando, cuando se vean los beneficios todos
te van a halagar y a preguntar tu secreto. ¡Shhh! ¡No lo digas!!! Además, la gente va a
pensar que estás loca porque no van a entender que pases días y días sin comer y que no
le temas a las consecuencias (¿pero cómo alguien le puede temer a ser perfecta?).
¡Te vas a volver una fanática del ayuno!La gente va a tener miedo. Miedo,
miedo, miedo, ¡eso es lo último que necesitas en tu camino para ser perfecta! Además,
no le cuentes a la gente que estás ayunando así se convierte en tu pequeño secreto (no
tan pequeño) ¡lo cual lo va a hacer mucho más interesante! ¿A quién no le gusta tener
algo para contar y tener que guardárselo?

Tu ayuno es entre Ana y vos, nadie más tiene que saberlo. Y cuando estés
tentada de romperlo acordate de cuanto Ana te ama y cómo quiere lo mejor para vos.
Ella solo quiere que seas perfecta, le debes a ella todo tu respeto. Mirá la cara de Ana en
esa galletita de chocolate que moris por comer. Pensá en cómo sacrifica ella todo su
tiempo dedicándose a vos. ¡No se merece que corrompas tu cuerpo y le faltes el respeto!

2. Apagá el televisor

En todas las publicidades aparece COMIDA, comida = NO. O sea, apagá el
televisor, además se supone que no tenés nada más en qué pensar. Ponete a leer un libro
de calorías, empezá tu propio diario anoréxico en Internet... ALGO. ¡¡¡Algo que no
tenga nada que ver con comida!!!

3. Háganse amigas

Obviamente es más fácil encontrarte con una amiga a charlar de pavadas que con
Ana a plantearte cuál va a ser tu futuro. Y no queremos hacer siempre lo más fácil, ¿no?
Además esas amigas siempre te dicen que estás muy flaca y casi te obligan a comer las
medialunas que compró esa madre GORDA que tienen. Y la madre-gorda te hace
pensar en que JAMÁS querés parecerte a ella... pero las medialunas están todavía ahí y
vos hace dos días que no comes nada. Acordate que estás débil y no podés hacer
ejercicios sin desmayarte a los quince minutos, así que esas 160 calorías son espantosas
porque no las vas a quemar ¡VAS A ROMPER EL AYUNO! Yo que vos me quedo con
Ana solita en mi casa, donde no te tiente el diablo. Ana es SIEMPRE la mejor
compañía.

4. Date un banquete con lo que Ana dice

Imaginate todas esas horas que gastas leyendo el diario o viendo televisión o
escuchando radio. Ahora, durante tu ayuno, vas a tener que SATURARTE DE ANA.
Todo va a tener que estar relacionado con ella.
¡Cuidado! Quizás puedas desarrollar una mente abierta, una mente nueva y vas a
empezar a pensar diferente. Ahora estás llena de energía, no necesitas la comida. La
palabra de Ana te alimenta lo suficiente como para sobrevivir. ¡Date cuenta, podrías
vivir sin comer y nada sería malo! ¡Serías pura y perfecta!

5. Meditá

La mente humana es genial. Uno puede convencerse de cualquier cosa
últimamente. Y así como aquella vez te convencieron de que una medialuna tenía 10
calorías cuando en realidad tiene 160, uno cree lo que QUIERE creer. Así que meditá y
CREETE que no necesitas otra cosa que a Ana en tu vida. Que podés ser independiente
Y NO NECESITAS comida. Es cierto, creetelo. El hombre es un animal de costumbres.
Te vas a sentir tan poderosa... meditá mientras los otros comen, mientras corrompen su
cuerpo, mientras ensucian sus intestinos. ¿Cuánto hace que no vas al baño? ¿Viste que
podrías vivir sin baño?

6. Salí a caminar sola

Nubes, la brisa en la cara, flores, árboles, sol, luna y estrellas. Esas son las cosas
que Ana te muestra para ayudarte a entender que la vida es hermosa sin comida, que el
sol sigue ahí aunque no comas: para ayudarte a entender que las cosas imprescindibles
se quedan, LO INNECESARIO SE VA (como la grasa y la comida y todo lo demás q
no necesitamos).

7. Tomate un recreo, fumate un cigarrillo

Fumate un cigarrillo, calmá esa ansiedad. Sin interrupciones. Andá a un lugar
donde nadie te moleste. El cigarrillo no es bueno pero peor es una hamburguesa.

8. Quedate quieta

Muchos de tus sueños y palabras no tienen sentido, eso van a decirte. Así que
mantenete cerca de Ana, ella te va a guiar en el camino. No te ensucies la boca con
palabras insignificantes. No des explicaciones de por qué estás ayunando. Nadie merece
esas explicaciones, vos forjas tu propio destino y sabés que no estás sola. Así que
quedate quieta, Ana y miles de otras chicas están ayunando al mismo tiempo que vos. Y
solamente las más valientes, las que no tengan miedo, las que no sucumban ante la
sensación y aquellas que se queden quietas, tranquilas y no se ensucien la mente con
palabras insignificantes serán las sobrevivientes.

9. No sucumbas ante la tentación

Esa porción de torta no va a hacerte más feliz y en cambio ser perfecta sí.
Imaginate, son dos minutos comiendo torta y la vida pagando las consecuencias; o no
comer nada y ser perfecta y agradecerle a Ana toda la vida por haberte ayudado a
resistir la tentación. Pensalo, es fácil. Durante el ayuno vas a estar rodeada de comida:
amigos, familiares, novio, todos van a querer alimentarte "estás muy flaca", te van a
decir. Y QUE EQUIVOCADOS ESTÁN! No existe "muy flaca", no-existe. No se
puede ser demasiado rico ni demasiado flaco. Corré el riesgo, ¡tené hambre! explora el
vacío de tu estómago, sentí tus costillas... ¡te falta tan poco para ser perfecta!

10. Dormí

Aprovechá, porque vas a estar cansada por no comer. Eso quiere decir que estás
llegando a la perfección; el cansancio es la respuesta a todo ese esfuerzo que estás
haciendo. Vas a ser cada vez más hermosa, cada vez más parecida a Ana, la perfecta.
Vas a ser una diosa y todos van a envidiarte... todos van a querer estar con vos y vas a
estar tan orgullosa de lo que sos que no vas a querer compartir con nadie el secreto. El
secreto es que Ana te llevó a donde estás y no la querés compartir con nadie.

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